¡Buenas
noches a todos y a todas!
Hoy es el último comunicado de la marcha.
Sintiéndolo mucho la he
habido de abandonar por problemas de salud. Han sido 340 kilómetros y 14 días,
algunos buenos y otros quizás no tanto, pero todos muy enriquecedores a nivel
personal.
No he podido cumplir el
objetivo de llegar a Madrid. No tengo palabras para poderos explicar mi estado
anímico actual.
Ahora me vienen a la
cabeza las palabras de un amigo mío: "Y después de Madrid, ¿qué?" Yo
le contesté que a seguir buscando trabajo. Ya he empezado otra vez con los
currículos arriba y abajo.
Os hago un breve resumen
del día de ayer. Como sabéis, al salir del hospital, opté por seguir hacia
Madrid, pero por la noche la pierna y la espalda me volvieron a doler mucho.
Así que, a pesar de que mi corazón y mi cabeza se empeñaban en seguir, mi
cuerpo decidió otra cosa y me acordé de lo que me dijo la doctora de Zaragoza.
Por la mañana cogí la
mochila, me telefoneó Enrique, mi nuevo amigo de Osera de Ebro, porque tenía
que pasar por el pueblo. Entre los dos íbamos pensando cómo me las arreglaría
para volver a Barcelona. Enrique es camionero y, en un aparcamiento, pregunté a
un camionero hacia dónde iba. ¡Mira qué casualidad! No sólo iba hacia
Barcelona, sino que él es de Castellbell i el Vilar, un pueblo muy cerca de
Manresa.
Así que subí al camión de
David y ¡para casa! Le tengo que agradecer que, además, tuviera la amabilidad
de traerme hasta Manresa mismo. De hecho, este viaje me ha descubierto la cantidad
de gente maja que hay por el mundo.
Y este es el final de mi
marcha, consecuencia de unos ideales por los que quise luchar a mi manera.
Quiero agradecer a mis
hermanos, a mi hija, a Gloria, a Núria, a Joan Baptista, a Sabina, a mi gente
de Tenerife, a mis amigos conocidos y al amigos que, aunque no conozca personalmente,
m habéis estado animando día a día.
Sólo me queda por añadir
que, a pesar de no haber podido finalizar la marcha, espero que lo poco que he
conseguido sirva para que la gente se rebele y empiece a tener una posición
menos pasiva ante la situación actual. Porque hoy somos muchos los que estamos
pasando por situaciones muy difíciles, pero tal y como vamos, mañana seremos
más.
Si esta aventura mía ha
servido para hacer ver a la gente que ya basta de quejarse y quedarse en casa,
que hay que moverse y luchar para defender nuestros derechos, entonces sí
creeré que mi esfuerzo ha valido la pena.
¡Hasta siempre, amigos y
amigas!